El Camino de Santiago

Durante doce siglos, el Camino de Santiago ha acompañado a los peregrinos hasta el santuario del apóstol Santiago el Mayor.

En torno al año 820, el eremita Paio descubrió la tumba del apóstol Santiago en el monte sagrado del Libredón. Este acontecimiento, uno de los más importantes de la Edad Media en toda Europa, llevó inmediatamente al Rey Alfonso II a ordenar la construcción de una pequeña iglesia para venerar los restos.

Este sería el germen de una famosísima Catedral que comenzaría a construirse en el año 1075 y de una ruta de peregrinación hoy en día declarada Primer Itinerario Cultural Europeo por el Parlamento Europeo y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Con el auge del Camino Francés en los siglos XI-XIII, el Camino de Santiago se convirtió no solo en una de las rutas de peregrinación más importantes del mundo, sino también en una vía de transmisión del conocimiento y diálogo de culturas.

Como eje vertebrador de Europa, el Camino jugó un papel fundamental en la difusión de los grandes movimientos culturales y artísticos del continente, contribuyendo decisivamente al desarrollo de las diferentes culturas europeas.

Hoy en día, la peregrinación jacobea ha trascendido el movimiento espiritual y religioso, sumando las motivaciones de todo tipo de caminantes y presentándose como una experiencia enriquecedora en numerosísimos ámbitos.

Se trata de un viaje vital que habla de naturaleza, de historia, de cultura y de valores como la solidaridad, la fraternidad y la comprensión mutua.

Una experiencia transformadora que sin duda merece la pena vivir.